Sorbitol: INTOLERANCIA

El sorbitol es un azúcar que se encuentra de forma natural en las algas rojas y en las hojas y frutos de las plantas de la familia rosaceae como son las peras, manzanas, ciruelas, membrillos, melocotones o albaricoques. Además, se usa como aditivo (E420i o E420ii) de muchos alimentos preparados y como excipiente de algunos medicamentos y pastas dentífricas.

 

Sorbitol: ALERGIA

Antes de hablar de la intolerancia al sorbitol es conveniente descartar un término empleado de forma errónea con alguna frecuencia para hablar de este proceso, que es el de alergia al sorbitol. Al respecto hay que decir que la alergia alimentaria es una reacción descontrolada de nuestras defensas frente a las proteínas contenidas en los alimentos, es por ello que podemos hablar de alergia a alguna fruta concreta, pero no es correcto referirse al sorbitol para hablar de alergia ni a la alergia para hablar de intolerancia.

 

CONCEPTO

La intolerancia al sorbitol está provocada por un problema en la capacidad de la mucosa intestinal para absorber el sorbitol, lo que va a provocar que este llegue de forma Intacta al intestino grueso, donde se va a producir su fermentación por parte de la microbiota. Como consecuencia de esta fermentación se van a generar una serie de productos químicos responsables de los síntomas de este proceso.

La intolerancia al sorbitol puede ser primaria, cuando tiene un origen genético, siendo provocada por un déficit o un mal funcionamiento de la proteína transportadora GLUT5. En este caso, al ser de origen genético, se trata de un proceso irreversible.  La intolerancia al sorbitol también puede ser secundaria, cuando es consecuencia de una enfermedad intestinal que daña la mucosa, como puede ser una enfermedad celiaca, enfermedad de Crohn, un SIBO, etc. En este caso, la intolerancia es un proceso reversible que cesa en la medida en que revierte el origen del problema.

 

SÍNTOMAS

Los síntomas son consecuencia de la fermentación del sorbitol por parte de la flora del intestino grueso: gases, flatulencias, dolor y distensión abdominal, diarrea, malestar, etc. No son frecuentes los problemas de desnutrición pero en niños con un alto grado de intolerancia puede poner en peligro un correcto desarrollo y crecimiento.

 

DIAGNÓSTICO

El test de aire espirado con sorbitol tiene como finalidad la de detectar que la sorbitol llega al colon sin ser absorbida totalmente en el intestino delgado. Esto se lleva a cabo midiendo las concentraciones de hidrógeno y metano en el aliento tras la administración de una cantidad controlada de fructosa por vía oral. De forma que, si el sorbitol no es absorbido totalmente y, en consecuencia, Llega al intestino grueso, la flora que allí habita va metabolizarlo produciendo hidrógeno y/o metano que van a ser absorbidos y una parte de ellos eliminada por la vía respiratoria.

El mencionado test de sorbitol presenta una gran ventaja frente al test de hidrógeno espirado ya que la valoración del metano supone una reducción considerable de falsos negativos puesto que determinados tipos de flora únicamente producen metano al metabolizar el sorbitol.

 

Test de intolerancia al Sorbitol: PREPARACIÓN

El test de intolerancia al sorbitol requiere una preparación especial que consiste en:

  • No tomar antibióticos durante el mes previo
  • Durante el día anterior al test no consumir alimentos que suelan producir gas, como legumbres o verduras, extremado las medidas en la cena en la que únicamente se deben consumir proteínas.
  • El día de la prueba se debe permanecer en ayunas, sin beber agua (se permite enjuagar la boca), sin fumar, sin consumir chicle y sin pintarse los labios hasta que no concluya el proceso de toma de muestras, que dura alrededor de las 3 horas.

 

Intolerancia al Sorbitol: CONSECUENCIAS         

La principal consecuencia tras el diagnóstico de cualquier tipo de intolerancia al sorbitol es la de iniciar una dieta restrictiva.

Para ello hay que revisar siempre el etiquetado nutricional de un alimento o la composición de cualquier medicamento o dentífrico antes de su consumo y asegurarse de que esté exento de sorbitol.

Limitar el consumo de frutas a aquellas que no contengan sorbitol.